domingo

Mientras esperas

Hace unos días estaba en la calle esperando el camión, perdido en las posibilidades infinitas de mi smartphone, viendo al infinito pero al mismo tiempo sin ver nada cuando un anciano se acerco y comenzó a decir:

- Tengo los secretos de tus amigos guardados en esta bola de cristal, con ella tienes la posibilidad de conocer todo lo que hay que conocer de ellos.
- ¿De qué me puede servir? Si eso que me dices ya lo puedo hacer - le contesté.
- Pero no en la profundidad y oscuridad que yo te estoy ofreciendo, piénsalo bien -dijo.
- ¡Váyase, viejo loco! - le grité.

El anciano se alejo mientras decía unas palabras en un idioma que no entendí, y regresé la mirada perdida a mi smartphone, ensimismado, ni siquiera consciente de lo que me acababan de decir, ni de las implicaciones cuasi mágicas que el anciano había ofrecido.

Y mi mirada se dirigió una vez más al infinito una vez más.

Mientras esperaba.

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